Un Príncipe del siglo XXI
La presente entrevista, realizada a Sire Rubén Alberto de Gavaldá, y que reproducimos textualmente fue concedida al medio Suroeste de Caracas, Venezuela, en diciembre de 2011.
SAR a nombre de SUROESTE quiero darle la más cordial bienvenida como amigo y neo colaborador de nuestra revista. Nos sentimos muy honrados de contar con sus conocimientos en las columnas y artículos que bajo su firma comenzaremos a publicar a partir de ésta edición Aniversaria. Para el conocimiento de nuestros lectores
¿Nos puede hablar un poco de su Alteza Real y los orígenes de la Casa Real de Gavaldá?
Estimado don Claudio Emilio soy yo el agradecido por permitirme llegar al distinguido lector de ésta prestigiosa publicación. Representa para mí un altísimo honor el poder compartir con Ustedes y para Ustedes pensamientos, reflexiones, análisis, vivencias y conocimientos que nos ayuden a comprender y entender la realidad de este III Milenio, con un futuro inquietante basado en la riqueza de una tradición e historia que dieron carácter y forma a nuestra existencia.
Nací el 14 de octubre del año 1969 a las 15:30 h, en la Ciudad de Buenos Aires, República Argentina ; soy el segundo hijo de S.A.R. don Ricardo Alberto, XXXV conde de Toulouse y Príncipe del Sacro Romano Imperio, y de S.A.R. doña Antonia Mercedes Castro de Gavaldá, II condesa de Ituarte. Criado y formado en el seno de una Familia tradicional aristocrática, afincada en la Capital de Argentina desde principio del siglo XX cuando mi bisabuelo decide radicarse definitivamente en ese país (dejando la convulsionada España -primer lugar de exilio de la Familia- luego de aquel fatídico 1789 en que debieron organizar la partida y atravesar los Pirineos).
Realicé mis estudios en mi país de nacimiento perfeccionándolos en el exterior. Obtuve la competencia en práctica comercial para luego recibirme de Técnico en Administración de Empresas. Cuando estaba promediando la carrera de Contador Público Nacional debí ingresar al servicio militar obligatorio; por este impasse de un año dejé las ciencias exactas para comprender que debía estudiar las humanísticas, ya que sentía era mi verdadera vocación; así me forme en los claustros filosóficos, teológicos, éticos y morales, sociológicos e históricos, hasta abrazar con fuerza el arte del ceremonial y el protocolo. Me gradué como Maestro en éstas disciplinas obteniendo un « Mastership » en USA y otros iguales en países de habla hispana. Paralelamente avance hacia el estudio de las ciencias auxiliares: genealogía, heráldica, vexilología, diplomacia y derecho premial, diplomándome en Ciencias Políticas y Liderazgo.
En el año 2001 fundé el Centro de Altos Estudios en Ceremonial de Buenos Aires «General don Manuel Belgrano», Instituto que es conocido y reconocido como una de las Casas de formación más seria y respetada de Argentina y países vecinos. Mi dedicación diaria está dividida en un gran porcentaje de tiempo y energía a él, el resto a las instituciones y demás ocupaciones y preocupaciones que hacen a la responsabilidad que como Jefe de Nombre y de Armas de la Casa Real David Toulouse Gévaudan desde el año 2003 me competen. En mis tiempos libres me dedico a escribir, investigar y a dar conferencias sobre Cultura Social, Buenos Modales y Cortesía. Como educador y consultor en la materia participo periódicamente en medios gráficos, televisivos y radiales difundiendo esta temática. Soy el único experto en ceremonial real y en protocolo nobiliario de Argentina.
Para hablar de los orígenes de la familia Gavalda hay que conocer Gévaudan; una región geográfica que debe su nombre a la tribu de Gaul de Gabales, conocido como pueblo Gabalo. Auvernia era habitada antiguamente por los gábalos. El pueblo gábalo se estableció en la región montañosa de Cevennes, fundando un asentamiento en Gavaudun (Gabaloduno), en el departamento de Lot-et-garonne. Gévaudan es una región del sur de la actual Francia, que antiguamente formó parte de la provincia de Languedoc y hoy corresponde al departamento de Lozère. Pertenece al macizo central francés. Gavaldá, mi apellido paterno, es una catalanización de Gévaudan, nombre toponímico original.
En la temprana edad media hacia fines del siglo X Armengol de Toulouse, casa con Adelaida; de este matrimonio nació Esteve Iº, conde de Gévaudan, quien casa con Ana, de éste matrimonio nace Bertrán Iº de Gévaudan, de donde desciende mi Familia. Mas próximos en el tiempo podemos hablar del Príncipe don José Enrique de Gavaldá (mi tatarabuelo) heredero del antiguo Condado de Gévaudan y del principado de Septimania -el Estado del sur de la actual Francia -, quien reclama y demanda su ascendente a Esteve de Gavaldá y a su antepasado Guillermo de Toulouse, perteneciente a la estirpe franco-mero-carolingia. Sus sucesores hemos seguido su pensamiento y acción colocando a la Casa de Gavaldá / Gévaudan en el lugar de la historia que se le debía.
La Casa Real David Toulouse Gévaudan es por línea semítica Davídica; por línea franca-mero-caraolingia, Toulouse y por línea hispánica, Gavaldá. La Casa Principesca y Condal de Gévaudan conforma el Almanaque del Saxe Gotha como Princely House of Gévaudan; la historia y la tradición y el Derecho Nobiliario reconocen el estado de los Príncipes-Condes de Gavaldá como H.R.H. Furst of Gévaudan, Conde Soberano de Gavaldá. Prince of the Holy Roman Empire; Miembro de la Nobleza Imperial línea Española. Miembro del Reichs College of Princes and Counts of Holy Roman Empire, Founded 1489. La Maison de Gévaudan es parte también de la Imperial and Royal Society of the Almanach de Holy Roman Empire, que fuera fundado en el año 800.
Muchos miembros de la realeza y nobleza europea dejaron sus países de origen para radicarse en tierras suramericanas, como el caso de mi familia que vive en Venezuela desde el año 1958. En el caso de la Casa de Gavaldá, ¿cuándo llegan a Argentina y como ha sido su vida en ese maravilloso país?
En el año 1888, nace don Enrique de Gavaldá (mi bisabuelo), hijo primogénito del príncipe José Enrique, con él la Familia empieza a tomar contacto y a residir eventualmente en Barcelona y en la Ciudad de Buenos Aires dada la inestabilidad que representaba para ellos el permanecer en la vieja Europa. América del sur prometía una vida más tranquila y segura. Ante la grave situación europea muchas familias aristocráticas habían emigrado a mejores horizontes y la familia de Gavaldá no fue ajena a esta instancia. En Argentina los Príncipes-Condes de Gavaldá, mantuvieron estrecha relación de amistad con la nobleza exiliada en Buenos Aires, particularmente con S.A.R. el médico, don Juan Benigno de Borbón fallecido en 1894, quien fuera hijo del Infante don José Cayetano de Borbón y Marco, descendiente de S.M. Carlos III de España a través de su padre don José Elías de Borbón y García y de su abuelo don Antonio Pascual de Borbón, quien nacido en Nápoles en 1755 y muerto en 1817, era hijo segundo del Rey.
Recordemos que la reina María Cristina de Habsburgo, esposa de Alfonso XII, se encargó de la regencia de España desde el año 1885 al año 1902. Se enfrentó a las graves consecuencias por la pérdida de Cuba y Filipinas. Todas las reformas del gobierno se redujeron a simples proyectos mientras los problemas fundamentales del país quedaban completamente abandonados. El 26 de febrero de 1901 se produce un estado de guerra en distintas provincias españolas ante la agitación obrera.
Don Enrique quien había adoptado el nombre tronal de Enrique Iº, Príncipe - Conde de Gavaldá a los 19 años de edad casa con doña Matilde Clementina de la Casa Aristocrática franco-belga Dupont el 7 de diciembre de 1907 en Buenos Aires. Doña Matilde tenía 21 años, su Señor padre don Gil Jose Dupont y su Señora madre doña Isabel Hollange bendijeron la boda; testigos de la unión fueron don Gabriel Espi y don José Despax.
El 22 de noviembre de 1909 nace su hijo don Enrique José de Gavaldá (mi abuelo), quien a la muerte de su Padre, proclama el nombre de Enrique IIº de Gévaudan. El Infante don Enrique José, fué bautizado por decisión de su Señor Padre en la Arquidiócesis de Buenos Aires. La radicación definitiva de la Familia en Argentina se produjo a los pocos años posteriores.
El Conde de Gavaldá pasó los primeros años de su vida entre Buenos Aires y Cataluña; a la edad de 5 años el Infante hace su último retorno a la Ciudad Capital de Argentina, radicándose la Familia, desde entonces y definitivamente, en el país de Sudamérica. El arribo a América de los Príncipes - Condes de Gévaudan se produjo el 23 de septiembre de 1916 en el buque Reina Victoria Eugenia procedente de Barcelona según registro de desembarco de la Dirección Nacional de Población y Migración de la República Argentina.
Don Enrique y doña Matilde; finalizan así una serie de viajes a la vieja Europa en donde eran frecuentes sus visitas a parientes y nobles amigos de España, Francia, Italia y Bélgica, de donde procedía la Condesa consorte.
De 1916 a 1918 la población de Catalunya comenzó una oleada emigratoria hacia Francia debido a una aguda crisis agraria; por obvias razones, los Condes de Gévaudan optaron por emigrar a la Argentina. Esta emigración se prolongó hasta el año 1929 en que se produjo la gran crisis económica mundial. En medio de ello en noviembre de 1918 finaliza la I Guerra Mundial. En 1919 la conflictividad en España aumentó, hubo numerosas huelgas, aparecieron atentados y se creó el Ministerio de Trabajo y el Instituto Nacional de Previsión. El 15 de abril de 1920 el PSOE por influencia de la Revolución Rusa pasó a llamarse Partido Comunista de España.
En 1930 se creó el Pacto de San Sebastián en el que los nacionalistas, socialistas, y catalanistas se subscribieron para actuar contra la monarquía tanto mediante una especie de pronunciamiento como en las elecciones. El 6 de octubre de 1934 se sublevaron Barcelona y Asturias. El 14 de diciembre de 1934 el Gobierno español suspende, con arreglo a la Constitución, el Estatuto de Cataluña. El 17 de mayo de 1935 el general Franco es nombrado Jefe del Estado Mayor Central; el 18 de julio de 1936 los rebeldes extienden el alzamiento por la península y comienza la guerra civil. El 1 de octubre de 1936 Franco es nombrado jefe de Estado y "caudillo" por los generales sublevados. Luego, desde allí la historia es conocida por todos. En ésta marco los señores de Gavaldá decidieron ya no volver más a su tierra natal.
Argentina en esta época ofrecía una realidad social distinta conjuntamente con la renovada prosperidad económica. La mayor cantidad de tiempo libre del que dispusieron les permitió practicar deportes, asistir a bailes sociales, conferencias y otros espectáculos.
El Príncipe - Conde don Enrique José IIº casa con S.A. doña Elba Alcira Doncil de Saillans. En festejo de esta gran alianza la familia Gavaldá-Doncil de Saillans ofreció su ayuda organizativa y pecuniaria para la realización del IV Congreso Eucarístico Internacional celebrado en Buenos Aires en 1934 que trajo al estas tierras al cardenal Pacelli, futuro papa Pio XII.
La Princesa consorte era hija de don Charles Louis Doncil de Saillans de la Casa de Lyon. S.A. don Charles Doncil era hijo primogénito de S.A. don Louis Antonie Doncil de Saillans y descendía por línea directa de la Casa Real y Señorial de Saillans o Soissons; de esta forma la descendencia del matrimonio Gavaldá - Doncil de Saillans entronca sus orígenes y estirpe en la aristocracia gálico-franca. El hogar de la Familia Condal se situó en la zona de Núñez / Belgrano de la Capital argentina.
Doña Elba Alcira (mi abuela), ayudó durante toda su vida a obras de caridad; canalizando esta tarea principalmente en la Iglesia de la Santísima Trinidad de la avenida Cabildo y Nuestra Señora de los Ángeles de la calle Naón de la Ciudad de Buenos Aires. En la primera guio la formación del movimiento «Hijas de María» y luego del Apostolado de la Oración, entre otras tantas obras pías.
Sus Altezas Reales fueron Padres de los Infantes: don Eduardo Antonio (nacido el 20 de noviembre de 1933 y fallecido el 27 de febrero de 1944); doña Nilda Elena (nacida el 14 de diciembre de 1935, también fallecida); doña Norma Teresa (nacida el 4 de julio de 1937, fallecida); don Ricardo Alberto; don Osvaldo Rubén (nacido el 5 de enero de 1945 y fallecido); y don Eduardo Enrique (nacido el 25 de mayo de 1946, también fallecido).
El 9 de julio de 1938 a las cuatro de la tarde, nace en el domicilio de sus Padres del barrio de Belgrano don Ricardo Alberto de Gavaldá, hijo del Príncipe - Conde don Enrique IIº José de Gavaldá. El mismo don Enrique José a sus 28 años de edad era Padre del heredero del Condado y motu proprio inscribe al Infante en el Registro Civil de la Capital de la República Argentina con fecha 23 de septiembre del mismo año.
El Infante don Ricardo Alberto (mi Padre), fue bautizado solemnemente el 25 de septiembre de 1938 en la Parroquia de la Santísima Trinidad de la Arquidiócesis de Buenos Aires; a los 22 años de edad casa por civil el 6 de febrero de 1961 con S.E. la II Señora Condesa de Ituarte doña Antonia Mercedes, cuya edad era de 25 años quien procede del notable e ínclito linaje de la Casa solariega de Castro.
Mi Madre, doña Antonia Mercedes es hija de don Tristán Castro y Ortiz, (Caballero con Cruz de la Real y Americana Orden de Isabel la Católica y Caballero de la Orden de la Estrella de Rumania) y de doña Amelia del Carmen Ituarte y Sánchez, I condesa de Ituarte; por línea paterna es descendiente en 4to. grado de don Juan de la Cruz Ortiz, uno de los más notables hacendados que tuvo el noroeste argentino. La familia Ortiz fue dueña de la Estancia «Mi Jardín » que en sus 45.000 hectáreas ocupó el sur de Provincia de Tucumán y parte de Provincia de Catamarca. Realizó sus estudios en la Provincia de Tucumán. Con sus 6 hermanos desarrolla su infancia y primera juventud en ámbitos campestres.
La vida de los Señores de Gavaldá transita en la armonía del hogar en la Ciudad de Buenos Aires. La decisión familiar fue de mantener en el fuero más íntimo y privado su noble origen; ésta instancia está enmarcada también en la realidad democrática y social de Argentina. La Familia no escapó a aquello que la Asamblea del año 1813 estipuló ante la ostentación de una parte de los vecinos de la ciudad, en tanto no se admitían más los escudos, ni facultad alguna originada en títulos de nobleza.
Y mucho más tarde, hacia la mitad del siglo XIX, cuando habían pasado cerca de cincuenta años, en la Constitución del año 1853, se recordaba que: "La Nación Argentina no admite prerrogativas de sangre, ni de nacimiento; no hay en ella fueros personales ni títulos de nobleza. Todos sus habitantes son iguales ante la ley, y admisibles en los empleos sin otra condición que la idoneidad" bajo esta realidad los Condes de Gavaldá se brindaron íntegramente a la realidad del país que los recibió. El príncipe Ricardo Alberto utilizó el Titulo de pretensión de Conde de Toulouse.
Los Príncipes - Condes desarrollaron su vida en la actividad privada, mantuvieron vínculos y relaciones con diversas personas y personalidades del mundo entero; trabajaron en el escenario privado, apoyando la cultura y la preservación de los valores y tradiciones. Don Enrique José (que era conocido y reconocido con el tratamiento de Patricio de la Ciudad de Barcelona, título que fuera comparado con la Nobleza de Castilla por Su Majestad el Rey Luis Iº), fue elegido por pares en el exilio como Regente del Fuero de Hidalgos del Rio de la Plata, actividad que prosiguió su hijo don Ricardo Alberto y hoy su nieto. El Fuero de Hidalgos del Río de la Plata atesoró entre sus manos el cuidado y memoria de la Orden de Caballeros de Nuestra Señora, Santa María de Buenos Aires, creada y desarrollada en tiempos de los Señores Virreyes del Río de la Plata.
Como jefe de la Casa Real, ¿cuáles son las funciones que desarrolla como tal y que tradiciones europeas conservan?
Nuestra Dinastía ha conservado - según el principio y derecho a perpetuidad - los atributos y facultades que les son propias a las Familias Soberanas (ius majestatis y ius honorum) como tal, respeta a quien como "Princeps natus" ejerce la Jefatura de la Maison. Yo, desde el año 2003 por expresa designación y delegación de Su Sría. Ilma. don Ricardo Alberto (XXXVI conde Soberano de Gévaudan) mi Padre.
El derecho Nobiliario Internacional expresa que los Jefes de las Casas de descendencia soberana que no hayan incurrido en debellatio, conservan por siempre el ejercicio de las potestades a ellos inherentes, con absoluta prescindencia de posesión territorial alguna. Somos pues amparados en la imprescriptibilidad de nuestros Títulos y Derechos Nobiliarios; y en virtud de ello podemos honrar con grados caballerescos y títulos de nobleza.
En este marco, es mi responsabilidad, desde hace años, dirigir los destinos de la Dinastía Mero-Carolingiana, Guillermina, de Provenza y de Toulouse-Rouergue, inmemorial en el exilio; presidir las Instituciones que de ella dependen, tanto culturales como humanitarias, hospitalarias y caballerescas; ser referente para toda la Nobleza, bienhechores, colaboradores y amigos de la Maison; asistir a todos los actos y eventos a los que en éste carácter se me invita; mantener viva la tradición oral y escrita del Languedoc heredada de nuestros ancestros, honrar la memoria de quienes nos precedieron; entre otras tantas y gratas labores y responsabilidades.
Sobre la segunda parte de su pregunta, puedo comentarle que si bien ya somos 3 las generaciones de Gavaldá nacidos en suelo argentino, conservamos viejas tradiciones culinarias tanto de la antiguamente llamada tierra de los francos (hoy Francia) como de España (y su expresión del criollismo americano), trasmitidas por parte de mi Señora Madre; las reuniones en torno a las grandes fiestas de la cristiandad: sobremanera Navidad y Pascua. Resalto el apego a las normas de cortesanía que han sido trasmitidas de generación en generación. Singularmente señalo el estilo de vida independiente y el amor al sol que nos recuerda a Provenza y que nos viene como sello desde la antigua Occitania (de donde originariamente proviene mi gens), del Languedoc donde la lengua de oc nos enseñó a decir siempre si, si a la vida.
Entre los miembros de la nobleza y las grandes familias europeas es común que pertenezcan a diversas órdenes, fraternidades o agrupaciones, SAR puede hablarnos un poco sobre la Orden de Caballeros de Nuestra Señora, Santa María de Buenos Aires bajo la protección del glorioso San Martín de Tours, de la que usted es Presidente y Gran Maestre. Y cómo ser miembro.
La Orden de Caballeros de Nuestra Señora Santa María de Buenos Aires, bajo la protección del Glorioso San Martín de Tours (Ordo Bonaerensis), es un Ente Internacional apolítico, ecuménico, sin objeto de lucro, constituido como Organización independiente no Gubernativa (ONG), según la Convención Europea sobre Reconocimiento de Personas Jurídicas Internacionales no Gubernativas. Está constituida en la República Argentina con Personería Jurídica propia, de allí mi calidad de Presidente de la misma.
Su concepción dinástica surge al amparo del Derecho Nobiliario Internacional que basado en el Derecho Dinástico asiste a los Soberanos en el exilio. Estos derechos sobre el "jure sanguinis" fueron reconocidos internacionalmente por las Naciones en el Congreso de Viena de 1814 y posteriores; por esto los regios Señores mantienen pleno derecho sobre la caballería histórica y nobiliaria con la validez social que ello conlleva. Por consiguiente el "status" internacional de una Orden de caballería descansa sobre el derecho de "fons honorum" de aquel que la gobierna con el título de Gran Maestre.
La Orden de Caballeros de Nuestra Señora Santa María de Buenos Aires está organizada tradicionalmente en forma de Orden Caballeresca Cristiana, como una Orden Ecuestre de Misericordia y, también, como una Orden dedicada a la cura y la asistencia del pobre y del necesitado. La Orden se dedica especialmente a la asistencia de los enfermos, según los dictámenes que regulan la caballería, siguiendo en los siglos la Palabra de Cristo, bajo la forma de la fe cristiana; adquiriendo forma y carácter de Orden Confraterna Católica. Hoy tiene su punto de encuentro y culto principal en la Iglesia de Buenos Aires.
La Orden tiene su origen en el culto mariano de la Virgen de Bonaria, advocación con que fuera bautizado el Puerto de la futura Capital de Argentina. Cuando don Pedro de Mendoza, al fundar el asentamiento portuario de nuestra futura gran capital Argentina, el 2 de febrero de 1536, le puso el nombre de Santa María del Buen Ayre, llevado por su devoción hacia la Madre de Dios y por los consejos de los dos mercedarios que lo acompañaron. El 11 de junio de 1580 don Juan de Garay "estando en este puerto de Santa María de Buenos Ayres" procedió con toda solemnidad a fundar la ciudad "que se intituló de la Trinidad". La Orden de Caballeros de Nuestra Señora, Santa María de Buenos Aires - Ordo Bonaerensis - se desarrolló durante el tiempo de los Virreyes del Río de la Plata, integrándola destacadísimos hidalgos, todos ellos Caballeros de enorme fervor mariano; adormecida permaneció "in pectore et in potentia", bajo el cuidado del Fuero de Hidalgos del Río de la Plata.
El 8 de diciembre de 2003 (día de la Inmaculada Concepción), la Orden fue por mi refundada y reestablecida, renovando la fuerza, el empuje y el celo mariano de sus orígenes; colocándola bajo la protección del glorioso San Martín de Tours. Son los fines de la Orden: 1- La Mayor Gloria de Dios; 2- Colaborar con el crecimiento espiritual de la humanidad; 3- Reconocer en el hombre la función de custodio del resto de la creación; 4- Ayudar a la humanidad en su pasaje por la tierra; 5- Fraternidad entre los Hermanos de la Orden y entre éstos y otras Ordenes que sientan también amor a María Santísima en cualquiera de sus advocaciones; 6- Contribuir a recrear una mente, un corazón y un espíritu puro y abierto para recibir mejor lo que Dios deseara enviarnos
Cada persona de bien que así lo desee, puede ingresar a las filas de nuestra Asociación Caballeresca; ésta debe ser una persona practicante de la Fe Cristiana y tendrá mentalidad, medios y posición, tales que le permitan vivir honorablemente y de observar plenamente y libremente las leyes y las decisiones de la Orden. Cada candidato (que deberá seguir los pasos establecidos para su admisión) durante su preparación será llamado Postulante o Aspirante. Cada candidato tiene que probar de ser persona de conducta irreprochable, tener honor e integridad moral, y, si fuere casado o deseara casarse, debe hacerlo de acuerdo a las leyes cristianas. Cada candidato tiene que llenar por escrito una solicitud de admisión según modelo predispuesto por la Orden, adjuntando el propio curriculum vitae, 2 fotografías carnet, conjuntamente con una copia del Certificado de Bautismo y libreta de Familia cristiana si fuere desposado.
La admisión puede solicitarse e iniciarse ante las autoridades de la Orden de su país de residencia o dirigirse directamente a la Sede Magistral, residente en Buenos Aires, Argentina.
De igual manera tengo conocimiento que SAR es Soberano Gran Maestre de la Orden de Bonaria "Ordo Bonaerensis". Para los lectores que desconocen estos temas pero les interesa el conocimiento, ¿podría habarnos sobre la Orden, su trabajo y en que países está presente?
Ordo Bonaerensis es el apócope de la Orden de Caballeros de Nuestra Señora, Santa María de Buenos Aires expresado en latín.
El trabajo concreto de la Asociación de Caballeros es realizado, en cada país en donde tiene representación, con expresiones genuinas que son marcadas por la necesidad del lugar. Los Responsables de la Orden en cada zona elaboran una propuesta de acción que debe ser presentada y aprobada desde la Sede Magistral, así por ejemplo en Puerto Rico, en donde la mayoría de los Caballeros son médicos y en donde reside el Gran Hospitalario de la Orden, el principal trabajo tiene que ver con ayudar a reestablecer la salud de todas aquellas personas que no pueden hacerse atender médicamente. En Buenos Aires, en donde convive con el Gran Maestrazgo el Gran Priorato local, se trabaja codo a cobo con la Iglesia Católica, sosteniendo el culto a Nuestra Señora de Buenos Aires y a San Martín de Tours (quien es el principal Patrono de la Arquidiócesis).
Entre las múltiples actividades a las que usted e dedica está la dirección del Centro de Altos Estudios en Ceremonial de Buenos Aires Institución fundada por usted y que estará firmemente vinculada con nuestro magazine a través de sus valiosas colaboraciones. ¿Que podría contarnos?
El Centro de Altos Estudios en Ceremonial de Buenos Aires es una Escuela de Cultura Social, Buenos Modales y Cortesía legalmente constituida con su Personería Jurídica propia y sus debidas inscripciones en los ámbitos de educación por lo que funciona como un Instituto Superior de Enseñanza y Capacitación. Fue fundado por mí y un grupo de alumnos, que por aquel entonces tomaba cursos de ceremonial y protocolo conmigo; corría el año 2001. La iniciativa fue de ellos y cuánta razón tenían. Muchos, aún, integran nuestras filas societarias. Nacimos y crecimos despacio pero incansablemente. Hoy podemos decir que a 20 años de su fundación, es uno de los Institutos de formación en Ceremonial, Protocolo y Cortesía más conocido y reconocido de mi país, habiendo trascendido sus fronteras con capacitación a distancia que ha hecho que tengamos alumnos en varios países latinoamericanos y europeos.
Desde hace años proponemos una instancia académica única con abordaje de las disciplinas conexas al ceremonial y protocolo: genealogía, heráldica, vexilología, diplomacia, derecho premial y relaciones públicas. Amén de formar a organizadores de eventos y asesores de imagen personal y corporativa.
Quienes pasan por nuestras aulas encuentran una sólida institución, defensora de las tradiciones y en constante desarrollo y actualización. Me honro en ser, además de su Fundador, su Director General de Estudios.
En estos tiempos difíciles cuando los buenos modales, el protocolo y la corrección social parecen usos de un pasado que muchos consideran decadente, ¿Qué aceptación han tenido sus cursos en Argentina y el excelente libro que ha escrito "Ceremonial. Un arte para comprender la vida?
Cuando todo concepto de educación y buen trato parece desmoronarse existe una gran cantidad de hombres y mujeres que decimos no a la rudimentaria forma de convivencia actual que, desde 1960, viene cada vez agudizándose más. La vulgaridad, la grosería, aunque sean hoy moneda corriente, en el fondo generan rechazo. Una persona cultivada, afable, que es consciente del respeto que debe a los demás y el que se le debe a ella (pero que no cae en la cursilería afectada o en empaques acartonados) siempre será apreciada y tenida por alguien de bien. Esta realidad, sumada a que todo individuo tiene una concepción superadora de su propia existencia, hace que espíritus inquietos por mejorar su vida de relación acudan al Centro de Altos Estudios en Ceremonial de Buenos Aires para buscar respuestas a sus inquietudes. Y créame estimado amigo, desde hace dos décadas acompañamos a miles de personas en su afán de ser mejores cada día, en su afán de optimizar su vida de relación social y profesional, en su afán de aprender a decir, aprender a hacer, y aprender a estar.
Desde una audición de radio junto a Chiche Gelblung por el aire de Radio Mitre, un editor de una importantísima editorial argentina, oyó mi columna de cultura social, en donde abordaba con humor y aguda actualidad, el comportamiento habitual de la sociedad. Le impactó tanto mis humildes opiniones que me invito a escribir lo que decía en radio, así nació "Ceremonial, un arte para comprender la vida": un libro actual en la materia, de fácil lectura pero sobre todo de principios de aplicación diaria. Su primera edición esta casi agotada. Me ha dado gratísimo placer el haberlo escrito, y que editado, la lectura del mismo haya ayudado a ser mejores personas y por consiguiente a mejorar la vida de relación social. Como reza la dedicatoria de la obra: "Ella (mi Madre) me enseño que ceremonial es un conjunto de ritos y rituales que tenemos los hombres para CELEBRAR LA VIDA; haciendo de la misma una obra de arte". Si hemos puesto una pequeña pincelada en la gran acuarela de la vida de los hombres, tenemos justificado nuestro paso por este mundo.
SAR, Estas formaciones a quienes van dirigidas, ¿Quiénes pueden realizar los cursos que ustedes ofrecen?
Todos quienes sientan interés en optimizar su imagen personal, optimizar su vida de relación y refinar sus modos y expresiones pueden tomar la capacitación que ofrecemos. Todos son bienvenidos.
Siempre se ha dicho que "Señor" se nace, pero algunas veces me pregunto ¿De alguna manera, una persona común podría llegar a tener las características y virtudes de un verdadero caballero? Y ¿Cuáles serían estas?
De manera particular la palabra Señor/a nos habla de aquel individuo que tiene dominio de sí mismo, que ya ha pasado la edad de adolecer de criterio, sentido común, tacto, entre otras cosas. Determina su vida por sí mismo, la gobierna, y ello lo amerita para ser llamado señor. Si bien los hombres son señores en todo momento (desde su nacimiento), las damas son señoras desde la edad promedio de 25 años en adelante; no es el estado civil lo que vuelve a una dama señora sino su edad cronológica; pero más allá de esta singularidad, ser señor o señora en la vida es un trabajo diario. El modo, manera, ámbito o tiempo de nuestro nacimiento no puede determinar nada, quizás sí juega y gravita en otro aspecto, lo que sí es determinante es hacer un alto en la vida y saber que cada cual puede ser un señor o una señora; es una cuestión de actitud, una actitud o moral de actitud que está mucho más allá de la aptitudes que podamos lograr en nuestros estudios. De hecho, señor se escribe y se pronuncia antes de un título académico; se es Sr. Dr. y nunca Dr. Sr.. No son los cargos, puestos o funciones lo que jerarquizan al hombre por el contrario, es el hombre el que jerarquiza cada cosa que hace.
La caballerosidad está emparentada con la obsequiosidad de nuestro ser. Pero... ¿de dónde proviene la palabra "caballero"?: seguramente no de los caballos de fuerza de nuestro vehículo; tiene un origen histórico que si bien tiene su inicio en la noche de los tiempos medievales, aun hoy tiene realidad. En la vieja sociedad del medioevo el que no era noble solo podía aspirar a ser un caballero (se compraba caballos cuando algunos agraciados: mercaderes, artesanos, etc. podían hacer acopio de dinero, para luego negociar poniéndolos a disposición del Señor Feudal para la guerra, por ejemplo). La caballería (de la cual me referí antes) tiene plena vigencia actualmente con Órdenes como la de Nuestra Señora de Buenos Aires y San Martín de Tours).
Cuando una hombre (que primero fue paje y luego escudero) era investido de la condición de caballero, a través de un rito-sacramental, debía adherir a los principios de la deontológica cristiana, este decálogo reza -entre otros principios- que un caballero debe velar por las viudas, indefensos, cautivos, necesitados, etc. Por ello, a la luz del pasado, hoy por hoy quien tiene gestos de cortesía, estas virtudes sociales para con los necesitados, recibe honoríficamente el tratamiento de caballero.
SAR. ¿Qué es lo más difícil de enseñar a una persona carente de conocimientos de etiqueta y de buen trato social?
Nada es difícil de enseñar si hay un buen Maestro y un buen Alumno. Me refiero a una predisposición en ambos y para ambos que permita una verdadera comunicación y un aprendizaje mutuo. Se requiere un espíritu humilde y dócil para dejarse alumbrar con el conocimiento. Todos tenemos un señor que convive con cada uno, solo hay que despertarlo y hacerlo convivir con nuestra cotidianeidad. Sin querer desviarme de su pregunta, puntualmente, le confieso que lo más difícil de transmitir es la elegancia de formas. La elegancia no se presta ni se enseña, es el sello-marca personal que cada uno debe descubrir y pulir en su propio yo.
Excelentísimo Don Rubén Alberto de Gavaldá y Castro. ¿Un Caballero es un hombre al que se le abren más fácilmente las puertas del éxito?
Evidentemente sí. Pero déjeme que le aclare que un caballero debe dominar en primera medida el arte de la asertividad. Podemos pecar -socialmente hablando- por exceso o por defecto. Se requiere entonces ser moderados. Un Señor, un Caballero, una Persona que vive y celebra la vida a través del ceremonial es la persona más sencilla del mundo, que sabe adecuarse para estar junto a los poderosos y junto a los humildes; que sabrá desenvolverse airosamente en un palacio o en una casilla pobre, con cubiertos de oro 14 kilates o con cubertería descartable de plástico. No importa el medio material, éste no me hace ser Señor o Señora, por el contrario un cubierto de la mesa más aristocrática posible en manos de un torpe social no dice nada, en cambio el cubierto más humilde en manos de una persona educada adquiere otra lectura.
Hombre de medios usted ha aparecido en diversos e importantes programas de radio y TV hablando sobre Bon Tone ¿Cómo ha sido la aceptación de la audiencia sobre estos temas?
Excelente. Si bien mi presencia en los medios televisivos y radiales de Argentina no es diario, se -por comentarios que la misma gente hace a las producciones o a mi entorno directo- que han aprendido mucho o que han reflexionado en algo el cómo vivimos y el cómo nos relacionamos. Los medios de comunicación, amén de los mencionados, también la gráfica, han sido agentes multiplicadores de los axiomas sociales que pregonamos como elementos indispensables para la buena relación social. Celebro cada vez que debo responder a los medios porque entiendo que hay muchas personas que quizás no puedan (por tiempo, o por ocupaciones o por el mismo dinero) invertir en una capacitación de ceremonial y protocolo. Con humor, con rigor académico, con simpatía, con lenguaje contemporáneo y con cuanta herramienta tengamos a nuestro alcance, es muy grato saber que uno puede comunicar que hay otra forma de sentir y de vivir para ser mejores entre todos y por nosotros.
Todos aquellos que puedan estar interesados en los cursos del C.A.E.C.B.A. o las actividades de la Orden Bonaria. ¿Cómo pueden contactarles?
Dirigiéndose a ordendebonaria@gmail.com u institutocaecba@gmail.com respectivamente.
En SUROESTE estamos genuinamente emocionados con el hecho de publicar diversos trabajos que llevan su rúbrica. Sin adelantarnos mucho para que sean una sorpresa para nuestros lectores ¿Cuáles serían algunos de los temas que piensa abordar?
Seguramente serán muchos, entre ellos: La importancia del ceremonial en la vida social y profesional. Las principales normas de comportamiento. Saludos y presentaciones. Tratamientos sociales, oficiales, profesionales, diplomáticos, nobiliarios y eclesiásticos. El arte de la comunicación oral y escrita. Reuniones y eventos a los que podemos ser invitados. El arte de recibir. ¿Cómo preparo mi casa para recibir personas?. Introducción a la enología y gastronomía: ¿qué sirvo y que vino ofrezco?. Diferentes tipos de mesas. Mantelería, vajilla, cristalería necesaria. Decoración de mesas. Reglas de oro de mesas. Mesa con y sin personal de servicio. Responsabilidades de los anfitriones e invitados. Obsequios que se presentan (flores y/o vinos). El arte de comer. Lo que hay que saber sobre puntualidad e impuntualidad. Obsequios y regalos. Ceremonial en lugares públicos. Imagen personal. El arte de la elegancia. Indumentaria en situaciones particulares: fiestas, lutos, etc.
SAR. Augurándole unas felices fiestas de Navidad y continuos éxitos, quisiéramos diera un mensaje final a nuestros fieles lectores internacionales, quienes podrán disfrutar de su preclara pluma a partir de esta edición.
Todos los actos de los seres humanos, desde los albores de la civilización, están regidos por "el ceremonial", él nos indica lo que era y es correcto hacer, de aquello que no lo es. Los pueblos se atuvieron y se atienen aún hoy, en este tercer milenio, a las normas civilizadoras de su propio ceremonial. Cada tribu, cada clan, cada pueblo lo expresó y expresa según las creencias, tradiciones y condicionamientos que le son propios.
El ceremonial es un arte flexible que se adapta a la idiosincrasia, tradiciones, costumbres de cada pueblo. Es una disciplina dinámica que se ajusta a los tiempos, siendo la adecuación su característica más distintiva.
El ceremonial puede parecer una técnica rutinaria, pero en su esencia es el arte del buen vivir, que prioriza a las personas y a la celebración de la vida por sobre los medios. Profunda es su filosofía y su sentido estético, sumadas a ellas la actitud y la impronta que cada persona imprima en él, se transformará en una materia dinámica, llena de vida, cuyo destino es la convivencia y el buen hábito del respeto mutuo. Conocer, valorar y aplicar ceremonial es saber estar, decir, y hacer, en el tiempo y en el espacio oportuno y adecuado. Es la expresión de una filosofía hondamente apegada a una concepción totalizadora y superior de la vida. Necesitamos activar el motor generador de la inquietud permanente para ser mejores cada día, de nosotros depende.
Navidad es un tiempo de reflexión. Como seres creados debemos administrar inteligentemente el DON de la vida que se nos ha dado. El tiempo corre. Nuestra soberbia, a veces, nos hace perder el horizonte del lugar que ocupamos en este gran rompecabezas de la vida. Celebremos la vida cada minuto, mañana puede ser tarde. Fin de año es propicio también para detenernos y pensar hasta donde llegamos, cuanto hemos pasado y qué futuro ayudaré a crear para mí en el tiempo por venir. Anhelo que podamos decir, como Amado Nervo en su celebre poema ¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!.
Que el Niño de Belén traiga a todos Ustedes mucha paz y mucho amor, que podamos invertir en un tiempo propicio, para construir un mundo más fraterno y más humano. ¡Feliz Navidad!