Onomástica

25.11.2024

Por su parte la onomástica es la ciencia que estudia el origen y la adopción de los nombres y apellidos según las costumbres y la idiosincrasia de cada pueblo.

El documento onomástico mas antiguo de los conocidos en el mundo occidental es la Biblia, donde desde el Génesis hasta el Apocalipsis, contiene una gran cantidad de información genealógica de la historia sagrada. Ya desde Adán y Eva se comienza a enumerar a todos sus descendientes, desde Caín, Abel, Set, hasta Noé y todo su linaje.

Como vemos, en la antigüedad se identificaba a las personas solamente por el nombre, que eran palabras comunes, augurios, con que los hombres se conocían y distinguían entre sí hasta convertirse con el correr de los siglos, en nombres propios.

El significado de los nombres propios se olvida rápidamente al pasar de un idioma a otro. Los nombres propios eran significativos y aplicados según el estado de ánimo con que los padres habían esperado al recién nacido, las circunstancias del nacimiento, el aspecto del niño o las esperanzas que en él cifraban sus progenitores.

En la actualidad, muy pocas son las personas que conocen el verdadero significado de sus nombres, pero en los tiempos de su formación, los nombres, a mas de individualizar a la persona que lo llevaba, e indicar hasta cierto punto su filiación, expresaban unas cualidades o sentimientos que engalanaban el nombre con un encanto especial que hoy en día se ha definitivamente perdido.

Pero como hemos dicho, en los nombres que naturalmente, se les iban poniendo a los hijos cada familia transmitía un augurio que trasuntaba en el fondo una muestra de la cultura, el espíritu y la idiosincrasia del pueblo al que pertenecían.

Los apellidos en su origen fueron sobrenombres que se agregaron al nombre para distinguirse entre varias personas llamadas de la misma manera. Estos en un principio no eran hereditarios, pero luego a principios del año 1000 cuando los reyes, la nobleza y la Iglesia, que eran los propietarios de las tierras, comienzan a entregar campos a la burguesía, éstos para poder escriturar deben oficializar ese sobrenombre por el cual eran conocidos en el pueblo y de allí que sus hijos también deben llevar el mismo apellido o apelativo.

Gévaudan es una región del sur de la actual Francia, que antiguamente formó parte de la provincia de Languedoc y hoy corresponde al departamento de Lozère. Pertenece al macizo central francés.

El toponímico Gavaldá es una catalanización de Gévaudan, nombre original. En la Península Ibérica, encontramos las variaciones de Gavaldan (en dialecto gavaldanés) - "Essai de géographie linguistique du Gévaudan" e "Étude syntaxique des parlers gévaudanais"-, Gavaldá (en España), o bien como Gavaudan o Gevaudan (en Francia). La transliteración del apellido a Gevaudun, ocurrió en Alemania, por primera vez con el casamiento de Almondis, quien fuera denominada "Almondis von Gevaudun". Hay información que, en Portugal, en documentos de Cancillería de los Reyes de Portugal y de España, en ciertos momentos (siglos), esta forma fue también así reproducida. En lengua inglesa se lee Gievaudun.

En verdad, la proximidad geográfica y el similar origen de los francos (antiguos francos salios, tribu germánica, fundida entre los pueblos neo-romanos de la Galia) en Alemania, les dio libertad de uso entre los dos tipos de escritura y pronunciación "Gevaudun o Gévaudan".

En el caso de "Gavaldá", recibió apenas una variación, antes que lingüística, una variación dialectal, de los pueblos de la Hispania, mas es una misma familia, en su herencia noble y en su origen; única en su real genealogía.

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